viernes, 19 de octubre de 2012

Cartas de un abuelo a una guagua ( Tercera Parte)




* Continuando con la serie de cartas de un abuelo a una guagua, nuestro colaborador, Horacio Flores Serrano, nos presenta la tercera carta. En ella habla sobre la necesidad de baños públicos para los adultos mayores, pues con unos cuantos años en el cuerpo la capacidad de aguantarse o controlar tu organismo ya no son las de ayer. 


Continuamos con la difícil y original petición de tu madre: Que una pequeña de cuatro meses y un viejo de noventa se comuniquen por escrito. La cosa tomó el camino de exponer problemitas y problemazos de los adultos mayores. Ojalá ya hayan algunos asientos públicos que faciliten una cómoda lectura de lo presente. 


Es posible que tú ya tengas algunas sensaciones y entre ellas las de estar seca, húmeda o mojada y también limpia o contaminada con “cacuca”. Esas contaminaciones provienen de botar fuera de nuestro cuerpo materiales que ya no necesitamos y para hablar de ellos usamos los verbos cultos orinar y defecar y una sinonimia amplia tanto festiva como de mal gusto para referirse al tema. Por acción de unos músculos circulares llamados esfínteres esos materiales tienen la puerta de salida cerrada y se acumulan esperando que sea abierta. Tales acciones las maneja el cerebro, órgano del que necesariamente tendremos que hablar en el futuro. En este momento tus esfínteres y el cerebro se entienden directamente sin que tú tengas conciencia de ello, en un tiempo más ya no será así y tú conocerás cuando esas puertas necesiten abrirse y tú podrás aceptar que lo hagan inmediatamente o pedirles que esperen un poquito hasta llegar donde sea posible orinar o defecar. Tu hermanito, ese que te da manotones pensando que son caricias, pensamiento que no compartes, él ya maneja sus propios esfínteres y a su debido tiempo Catalina también lo hará. 


Podrías estarte preguntando que relación hay entre los esfínteres y el adulto mayor. 


Que en ellos el proceso de la infancia empieza al revés, el dominio satisfactorio de esa puerta cambia por una imperceptible incapacidad y que gotitas de orina o pizcas de excremento fuercen la cerradura ensuciando cuerpo y ropa del o la veterana; la incapacidad va aumentando y el enfermo que la padece pierde libertad de movimiento, debe calcular sus tiempo de ida y regreso o saber que donde va existen Baños Públicos, eufemismo usado por Retrete. El notable aumento de la población mayor hace necesaria una conveniente solución a esta carencia que limita la libertad de desplazamiento de los mayores. 

¿Habrá un Baño donde deseo ir?

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