*Por primera vez en 70 años, los partidos de esta temporada de la Liga Portuguesa no se transmitirán por la televisión abierta de forma gratuita. El hecho es sinónimo de la crisis económica actual del Viejo Continente.
Luis Felipe Caneo
Este viernes se dio inicio a la Liga de Fútbol Portuguesa, pero, a diferencia de los años anteriores, los fanáticos de este deporte deberán pagar si desean ver algún partido por la televisión abierta por primera vez en 70 años. La única alternativa para evitar el pago , es ir a ver los partidos a bares y restaurantes en los distintos puntos del país, una idea que es vista con buenos ojos por los representantes de la industria de Hostelería del país.
De acuerdo a Júlio Fernandes, vicepresidente de la Asociación de Hostelería y Similares de Portugal, lo anterior se convertiría en «una ayuda para que el negocio sea menos malo», esto luego de que el pasado mes de enero se decidiera subir de un 18% a un 23% los impuestos a los restorantes. Otra alternativa que tienen los portugueses es escuchar el partido a través de la radio, una opción económica en tiempos de crisis.
Cabe señalar que en Portugal el canal dueño de los derechos de transmisión de los partidos de fútbol es Sport Tv, trasmite por cable y satélite todos los partidos de la primera división del país y además tienen los derechos exclusivos de la Liga Española. Sport Tv ha esperado hasta este viernes una propuesta de las otras señales de televisión por la compra de los derechos, pero por el momento nadie se ha mostrado interesada de realizar tal operación.
Las señales privadas, TVI y SIC, no han mostrado interés de comprar los derechos por el alto costo que conlleva esta operación, pues los precios no se ajustan a la situación económica actual y a las tendencias del mercado televisivo. Por su parte, RTP, canal público, por las restricciones presupuestarias está fuera de competencia.
De ésta manera, los hincas lusos por esta temporada, hasta el moemnto, no podrán ver los partidos, pese a que la ley de televisión portuguesa establece que se debe trasmitir acontecimientos de interés general por la televisión pública. Sin embargo, la misma normativa establece que el canal que tenga los derechos debe ofrecerlos en el mercado, sin obligar a los otros a comprarlos.
Lo anterior es una demostración de que la crisis económica en el Viejo Continente, poco a poco, va afectando los distintos ámbitos de la vida.
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