domingo, 20 de noviembre de 2011

Una mirada a nuestra sociedad: La Palabra ¿oxígeno del intelecto?



*Muchas veces el lenguaje es utilizado de un modo metafórico o de doble intención, con el fin de ocultar una realidad.Por Horacio Flores Serrano.

¿Es la palabra el oxígeno del intelecto? La idea no es nueva, alguna vez se expuso, no recordamos por quién ni en razón de que; el hombre como ente físico necesita cambiar el oxígeno que inspira cada cierto número de veces por minuto, so pena de dejar de existir.


El lenguaje contiene el nombre de cuanto existe sea material o inmaterial, animado o inanimado, gigantesco o minúsculo, verdadero o falso, para que reconozcamos existencia, sea lo que sea lo que se trate, tiene que haber una palabra que lo nombre y otras palabras que nos informen sus características y relaciones con el espacio, el tiempo, certeza o improbabilidad, ventajas, conveniencias o perjuicios. El nombre, que gramaticalmente es el sustantivo, sería oxígeno del intelecto contenido en su propio aire, llamado lenguaje.


La forma de vida que escogió el ser humano como colectividad recibe el discutible nombre de “progreso” cuyo significado es avance, adelanto, perfeccionamiento ¿Es esto lo que estamos haciendo? Categóricamente ¡NO! Cada vez se duplica la población mundial en ciclos de tiempo más cortos, se busca prolongar la vida humana más allá de la capacidad y durabilidad del diseño original que la naturaleza dispuso para el hombre y se está combatiendo los recursosque la propia naturaleza emplea para impedir la sobrepoblación.


Estamos sosteniendo que la naturaleza se obliga a limitar la existencia de seres vivos en razón a los recursos inherentes a la vida: aire, agua, alimento. Para evitar la sobrepoblación humana se valía de las epidemias. Inventamos las vacunas, las celebramos como una bendición de Dios ¡vaya contradicción! Dios y la Naturaleza empujando contrariamente.

Como somos tan inconsecuentes con nuestro pensar y accionar cambiamos las epidemias que son gratuitas y lógicas porque eliminan a los más débiles cualesquiera sean sus edades y condiciones económicas por guerras para las que se fabrican, usan y destruyen armas, barcos, aviones, tanques, vehículos de todo tipo y se envían a matarse entre ellos, con espectaculares vestimentas, a los más jóvenes, aptos y capaces. Los débiles a vivir y los fuertes a matarse entre ellos. Estos errores y horrores los justificamos dando un uso falso a la palabra progreso.


El uso falso del lenguaje está presente en todo, tan aceptado y usado mecánicamente que ya no percibimos y, lo peor, no nos interesa donde está la verdad ni la razón ni el sentido común. Es más, nos oponemos automática e instintivamente a la verdad. Muy probable que usted haya pensado: “Que disparate, suprimir las guerras y permitir las epidemias”. En el pasado muy de tarde en tarde se veía alguna persona con bastón o muleta, hoy es raro no encontrarse con ellas en todas direcciones. La progresión de tan errado sistema llevará a que los jóvenes no sean suficientes para sostener la vida de tantos viejos. Lo expuesto, que le puede resultar imposible de tragar y digerir, es la razonable verdad con que su sentido común lo acucia renegando de las artificiosas elaboraciones de su intelecto que busca defensas al “progreso”.


Si usted es impermeable a nuestro exponer no continúe leyendo ¿para qué pasar rabias con lo que usted califica como “puras… leseras? De lo contrario prepárese. Un suceso de interés nacional, trascendió al mundo, los canales de televisión y las radios silenciaron sus programas para dedicarse a él, los diarios de la tarde y del día siguiente llenaron páginas con el acontecimiento: 51 vehículos colisionaron en cadena. Hasta hoy en todos los kilos, metros, litros, horas y días de comentarios y opiniones no hemos visto ni una sola vez usar la sencilla y visible verdad que es, guste o no, la verdad.


Cincuenta y un involucrados, ¡cincuenta culpables! cuyas licencias tendrían que estar retenidas y los conductores denunciados en espera de ejemplarizadoras suspensiones y multas. Sentido común: Cero visibilidad, cero metro de avance, visibilidad a diez metros, velocidad que permita detener el vehículo en ocho metros. Creemos escuchar su contradicción, así no se llegaría nunca. Como no llegará es colisionando para convertir a otro en víctima de su imprudencia. Merece doble castigo.


Se está buscando culpablespor la mala visibilidad. En el juicio esto no corresponde, puede ser cenizas del Vesubio o neblina de Australia, está ahí y debe conducirse de acuerdo a esas condiciones. Las quemas ilegales son un delito y un perjuicio a nuestra maltratada ecología y merecen enjuiciamientos haya o no colisiones vehiculares.Lenguaje y palabra, aire y oxígeno del intelecto. Palabras usadas con diferente significado u ocultamiento, callándolas, contaminación muy peligrosa para el futuro de la especie.

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