*El voluntariado "Voluntad y Esfuerzo" es un grupo de 9 adultos mayores y cuya misión es ayudar a los postrados de la zona sur de Rancagua, pertenecientes al consultorio número 2 Eduardo de Geytter.
Luis Felipe Caneo
Cuando la enfermedad llega a la vida de las personas no sólo significa dicha situación un golpe anímico para los individuos por las limitaciones que ésta impone sino también un gran gasto económico que en ocasiones es difícil sustentar.Una realidad que se torna más dramática en el caso de los postrados, pues no sólo dependen de otros en el diario vivir sino hay una gran cantidad de gastos médicos que muchas familias no pueden cubrir.
En este contexto, un grupo de adultos mayores se congregaron en el mes de julio del 2000, formando el voluntariado "Voluntad y Esfuerzo", el cual desde esa fecha están en el consultorio número 2 Eduardo de Geytter, ubicado en la calle Almarza de Rancagua, ayudando a los postrados de la zona sur de la capital regional. Son en la actualidad 9 adultos mayores que se turnan para vender galletas, bebidas, jugos y café de lunes a viernes en el consultorio, con el propósito de obtener recursos económicos para poder ayudar a los postrados.
El voluntariado están de lunes a viernes, entre las 8:00 y 12 del día, vendiendo lo antes señalado. Están ellas en una esquina del consultorio mientras mamás, abuelitos, niños, lolos y el personal del recinto pasan sin cesar por los pasillos y consultas del lugar, saludando siempre a las voluntarias.
Idilia Pérez y María Bello son dos de las voluntarias del grupo y quienes, en entrevista con Portal Ohiggins y El Mundo de Ayer y Hoy, cuentan el origen de este voluntariado y sus próximos desafíos como grupo. Idilia, al recordar el nacimiento del voluntariado, señala: "Este grupo empezó hace 12 años atrás, comenzamos ayudando en el SOME. En el SOME comenzamos a vender café, un voluntario que era Juanito Delgado, después Juanito Delgado comenzó a trabajar en el consultorio y nosotras empezamos a vender té,café y galletas. Todo esto va en ayuda para la gente postrada, para gente que tiene que pagar un examen o para pasajes. Nosotros estamos con la señora Patricia Mena( asistente social del consultorio), ella es nuestra jefa, ella nos apoya y manda voluntarias para acá".
Los próximos desafíos del voluntariado no es sólo seguir ayudando a los distintos postrados de la zona sur de Rancagua, sino también conseguir que ayuden en esta tarea. Al respecto, Idilia señala: "Habíamos varias, pero este grupo comenzó a bajar, las voluntarias comenzaron a fallar y quedamos de ahí solamente Susana Palominos y yo, Idilia Pérez. Después se han ido incorporando más gente y ahora actualmente somos 9 personas, necesitamos gente que ayude para que este grupo no se disuelva. La idea es seguir ayudando, porque la gente nos necesita igual".
María Bello señala, por su parte, que pertenecer a este grupo le ha significado para ella mucho en su vida, pues la ayudaron y acompañaron cuando a ella la operaron de colostomía: " Para mí pertenecer a este grupo me ha significado bastante ( para su vida). Yo quedé viuda y estoy sola en este momento, este grupo es de mucha ayuda para mí.Sobretodo cuando estuve hospitalizada, todas estaban preocupadas de mí y salí adelante". El caso de María es destacable, pues pese a que fue operada igual está ayudando a los demás cuando lo necesitan en este voluntariado.
Algunas de las actividades realizadas por " Voluntad y Esfuerzo" ha sido, junto con la ayuda a los postrados, la compra de un microondas para que el personal de salud pudiera calentar cómodamente su almuerzo, funciones de títeres etc.
El voluntariado es destacado como un ejemplo a seguir para los demás adultos mayores, como lo expresa Juan Tobar, un chico de alrededor de 16 años, quien señala: "Me parece bueno para ellos ( voluntariados) que a su edad estén trabajando, porque hay gente que a su edad están enfermas, en la cama y ellos están aquí. Todos tenemos problemas y enfermedades y ellos están aquí para darnos mejor a nosotros".
En definitiva, la historia del voluntariado es un ejemplo a seguir por todos nosotros, de ayudar a los demás sin esperar nada a cambio. La invitación, entonces, es que cada día se sumen más adultos mayores a esta noble iniciativa. Un gesto de ayuda que los demás lo agradecerán.
Colaboración: Horacio Flores
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