*¿Por qué Heidegger considera que es necesario emprender de nuevo una elaboración de la pregunta por el sentido del ser?, es la interrogante que trataremos de contestar en este análisis. Por Luis Felipe Caneo.
Martín Heidegger en el libro “Ser y Tiempo”, publicado en el año 1927 por primera vez, desarrolla la idea de la pregunta en torno al sentido del ser y del cual abordaremos los postulados del parágrafo número I. Este apartado se llama “Necesidad de reiterar expresamente la pregunta que interroga por el sentido del ser”, cuyo fin es analizar las razones que por un lado llevaron a olvidarse de llevar a cabo la interrogante por el ser y por el otro la necesidad de establecer una mirada en otro nivel referido al tópico señalado.
En este último tiempo se ha generado una tendencia que no sólo declara superflua la pregunta por el sentido del ser sino también omite[1] dicha interrogante de toda discusión filosófica, una duda que “tuvo en vilo el meditar de Platón y Aristóteles”[2], menciona Heidegger en su escrito. Una mirada que en la práctica se traduce en una mención de ser para diversas situaciones, representando el más universal y vació de los conceptos; lo anterior queda de manifiesto en la existencia de tres prejuicios que demuestran la necesidad de reiterar la pregunta en torno al sentido del ser:
- El ser es el más universal de los conceptos, una idea donde marca un contraste con la idea de género: éste acota en una región determinada diversos entes bajo los parámetros de género y especie. El ser es un mecanismo, por decirlo de alguna forma, que abarca diversas realidades. Sin embargo, pese a los múltiples intentos de los pensadores[3], no se ha logrado llegar al sentido de la pregunta por el ser, marcando así una contradicción: es un concepto universal, pero a la vez es más bien oscuro.
- El concepto de ser tiene el rasgo de indefinible, esto puesto que el ser no puede ser considerado como un ente, es decir, como un elemento de determinación presente en la forma de predicado de él en el ente. El ser no es lo que expresa un ente, lo cual demostraría la indefinibilidad del ser.
- El ser, en apariencia, es el más comprensible de los conceptos, pues es usado en las más diversas acciones, como por ejemplo cuando una persona dice: “Yo soy relajado”, mas llegamos a una comprensión superficial del ser, a una comprensión de término medio.
Esta última realidad de vivir en una cierta comprensión del ser, lo cual nos demuestra que cierta parte del ser es esbozada en la oscuridad, lo cual nos obliga a reiterar la pregunta por el sentido del ser para lograr una comprensión más cabal del tópico. Se cree que estamos refiriéndonos al ser cuando lo mencionamos en alguna acción, pero no es así: simplemente se está mencionando al ente, no al ser mismo. La oscuridad del sentido del ser, en definitiva, explica la necesidad de una nueva elaboración de la interrogante por el sentido del ser, un tópico del cual se refiere el segundo parágrafo: “Estructura formal de la pregunta que interroga por el ser”. El fin de la pregunta por el sentido del ser es llegar a ver a través de ella, es decir, poder observar mediante ella el sentido del concepto citado.
Cabe señalar que el preguntar se asocia con el buscar, con el establecimiento de una dirección previa que se relaciona con lo buscado: es una acción de conocer “qué es” y “como es” un ente. Bajo este contexto, la pregunta trata de determinar y traducir en términos por lo consultado, una acción que permite arribar a la meta. El preguntar se divide, según establece Heidegger, en dos categorías: hay un simple preguntar[4] y un verdadero preguntar, ésta involucra todas las direcciones posibles de los elementos constitutivos de la pregunta misma y lo cual permitiría ver a través de ella.
Los rasgos explicados permiten establecer los parámetros por los cuales, a juicio del autor, debemos intentar de llegar a la pregunta que interrogue por el sentido del ser: uno de los dilemas que sucede cuando nos preguntamos ¿qué es el ser?, logramos una cierta comprensión del es, pero no se puede fijar en conceptos concretos lo que el término “es” significa. Esto, a juicio de Heidegger, es una comprensión del ser desde una perspectiva medio, Facttum.
Al plantear la pregunta por el sentido del ser se quiere llegar a observar a través de un ente, éste es el que pregunta, bajo el punto de vista de su ser. Este ente somos nosotros, presentando entre diversos rangos la posibilidad del ser de preguntar, una situación que la llamamos “ser ahí”. Sin embargo, hasta el momento no se ha expresado la función posible o necesaria del ser ahí.
La idea de aludir, en conclusión, a la estructura de la pregunta tiene como fin determinar un marco teórico- filosófico sobre el cual desarrollar la problemática de la búsqueda del sentido del ser.
[1] Se le tacha de error metodológico inquirir en torno a esta interrogante.
[2] Heidegger Martin, Ser y Tiempo, parágrafo 1, Fondo de Cultura Económica.
[3] Como es el caso de Hegel, el cual definió el ser como “lo inmediato indeterminado”
[4] Por ejemplo, preguntarle a alguien si ha visto una cosa en un lugar determinado.
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