miércoles, 7 de marzo de 2012

¿Se puede hablar del paisaje como objeto de estudio?




* El paisaje es algo que nos acompaña día a día, sin embargo al tratar de abordar el concepto como objeto de estudio se enfrenta la dificultad de abordar y definirlo como tal. Hay propuestas para poder superar esta dificultad.

Luis Felipe Caneo


Al hablar sobre el paisaje no se trata de abordar de manera vaga sino es necesario tratarlo de manera sistemática. En este sentido, Alain Roger en el libro “Breve Tratado del paisaje”, propuso para poder ver el paisaje como objeto de estudio la idea de la doble articulación: país /paisaje y artealización in situ /artealización in visu. De ésta manera, Roger pretende reflejar la idea de que el paisaje nace a partir de lo humano y lo artístico, una situación que asimismo nos permite identificar, a juicio del autor, aquellos lugares que son paisajes con respecto a los cuales no cumplen esa condición.

En el ámbito de la naturaleza y la cultura, una de las creencias presentes en el mundo occidental es que el arte debe ser una imitación perfecta o acabada de la naturaleza, constituyendo para algunos su razón de ser. Ésta realidad es la que el autor invita a cambiar en el campo artístico, bajo la lógica de tachar la naturaleza, desnaturalizar para posteriormente poder dominarla y de ésta manera, mediante el proceso artístico y progreso científico, convertirse en dueños y poseedores de la naturaleza.

 Fue en el año 1890 cuando Oscar Wilde propuso trasformar por vez primera la tendencia de imitar el arte en el trabajo artístico, esto porque “la vida imita al arte mucho más de lo que el arte imita a la vida”. La naturaleza es indeterminada y sólo el arte la determina: un país no se convierte en paisaje más que bajo la condición de un paisaje.

 En otras palabras, un espacio geográfico determinado adquiere la categoría de paisaje cuando el individuo le da un significado concreto. Por ejemplo, la calle Almirante Barroso antes de entrar a estudiar a la Universidad Alberto Hurtado simplemente era una arteria más de Santiago Centro, pero a partir del año 2009 se convirtió en un lugar asociado a una instancia de estudio y en donde muchas veces pasamos por ella contentos por una buena nota o triste por algún fracaso en una prueba. Una lógica similar se da en un nivel más macro, en el sentido de que para un país una zona determinada de su territorio nacional adquiere un significado concreto ya sea por la asociación con algún evento positivo o traumático para la población, pudiendo convertirse así en paisaje.

 La lógica de construcción de paisaje a partir de una iniciativa de los humanos, señala el autor, ha sido una constante a lo largo de la historia de la humanidad. Es así como antes de la invención de los paisajes a través de la pintura y la poesía, los hombres del ayer crearon los jardines con el propósito de generar un cuadro vivo que contrasta con la naturaleza circundante, asemejándose ésta al desorden, vacío y el miedo. En pocas palabras, se desea delimitar un espacio sagrado.

  Es importante señalar que esta imagen de un jardín como un lugar idílico frente a una naturaleza desordenada se halla presente, por un lado, en la tradición helénica en el jardín de Alcinoo en el Canto VII de La Odisea y, por otro, en la literatura en la obra “Decameron” de Bocaccio donde el jardín representa el lugar de paz y tranquilidad frente a un mundo de desorden y vacío producto de la Peste Negra que azota Florencia en el siglo XIV.

       Entendiendo que el paisaje nace a partir de una construcción humana, Agustin Berque en el libro “Les Raisons du paysage. De la Chine Antique aux environnements de synthése, establece los cuatro criterios que nos hablan de la existencia del paisaje como tal: representaciones lingüísticas, representaciones literarias (orales o escritas), representaciones pictóricas centradas en el paisaje y finalmente representaciones jardineras (creación de jardines). Berque se dedica a ver el pasado con el fin de detectar aquellas sociedades paisajeras, siendo sus conclusiones las siguientes:

     -La civilización romana presenta los caracteres de una sociedad protopaisajeras, pues poseía jardines, frescos y poesía elíptica. Mas, Roger cree que, dejando de lado un apego exacto a los criterios antes señalado, en Roma el acercamiento al paisaje era por otras vías y, en consecuencia, se puede hablar de una sensibilidad paisajística.

    - En la Edad Media se percibe en los escritos de la época un sentimiento de naturaleza, no un sentido de paisaje. Lo anterior queda en evidencia en la obra “Decamerón” de Bocaccio en la cual se alude a la naturaleza en cuanto tal sin buscarle un significado concreto a ella.

     -Por su parte, en China el paisaje juega un rol predominante, pues tiene dos palabras para designar la palabra paisaje.

    -En Europa recién en los siglos XIV y XV accede al estatus de sociedad paisajera. Sin tomar en cuenta a Pisanello, los pintores italianos del Quatrocento sacaron poco provecho del descubrimiento animal y vegetal, solamente lo abordaron como una curiosidad que servía para poder realzar la ornamentación y los elementos secundarios.

  Otra de las temáticas presentes al analizar el paisaje como construcción cultural de los seres humanos es la relación entre el paisaje y el medio ambiente. Es evidente que el paisaje forma parte del medio ambiente, mas ambos términos no son los mismos y sus objetivos apuntan a horizontes diferentes, por decirlo de alguna manera.

 La palabra “Medio Ambiente” aparece por vez primera en el Siglo XVI  en Bernard Palissy, donde equivalía a “circuito”, en el año 1877 el término indicado se refiere a la “acción de rodear”. Es recién en el siglo XX cuando la palabra “Medio Ambiente” adquiere el significado que conocemos hoy día: entorno/ Medio Ambiente o conjunto de elementos bióticos o abióticos. Es decir, Medio Ambiente tiene una inspiración científica relacionada con los componentes de la naturaleza. Por su parte, la palabra “Paisaje” a lo largo de la historia de Occidente y Oriente ha demostrado ser parte de una operación perceptiva: una determinación socio-cultural.

  En definitiva, al abordar el paisaje como objeto de estudio a partir de los criterios propuestos por Roger se puede entender como el paisaje ha jugado un rol importante a lo largo de la historia de la humanidad en cuanto a ser una construcción cultural de cada uno de nosotros. Es por ello que el paisaje como concepto ha ido variando en el tiempo. 

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