*Uno de los rasgos que resalta del electorado en Chile entre los años 1930 y 1970 es su carácter volátil, el cual varía fácilmente según los acontecimientos de la época.
Luis Felipe Caneo
Al analizar el comportamiento electoral de los chilenos desde fines de 1930 hasta 1973, resalta la imagen de un electorado volátil con un comportamiento cívico muy ligado a los acontecimientos acaecidos durante dichas décadas en Chile. Una realidad que nos habla no sólo de la incapacidad de los partidos de lograr conformar un electorado fiel al partido a lo largo del tiempo sino, también, porque Chile estaba atravesando un período de transformaciones sociales que en la práctica significó la irrupción de nuevos actores a la arena política, como es el caso de las mujeres.
Con el fin de poder explicar de manera más clara los resultados de las elecciones, se ha dividido el marco temporal del informe en tres épocas: Frente Popular, Era de Ibáñez y finalmente “Los Tres Tercios”. He aquí el detalle de cada una de ellas:
A. Frente Popular: La última elección Parlamentaria del Gobierno de Arturo Alessandri Palma fue en 1937, en dicha ocasión la Derecha obtuvo un 42% de las preferencias (173. 360 votos de un total de 475.354 inscritos en el sistema electoral, cantidad que le permitió tener 70 diputados) versus el 28.1% del Centro Laico (Socialista, Socialista Auténtico, Vanguardia Popular Socialista, Socialista de Trabajadores y Comunistas), que nos remite a una situación política donde se puede deducir, a partir del resultado reseñado, un importante apoyo al Mandato Alessandrista y el cual se manifestaba en el triunfo prácticamente seguro del candidato oficialista, Gustavo Ros Santa María. Sin embargo, 1938 sería el año en el cual el escenario político cambiaría radicalmente: hay una cierta tensión entre Oficialismo y Oposición por la supuesta intervención estatal a favor del Ex Ministro de Hacienda de Alessandri en la campaña Presidencial y la cual se agudiza tras la “Matanza del Seguro Obrero”, acaecido el 5 de Septiembre de ese año: en esta acción mueren 60 jóvenes nazis, desatando fuertes críticas al Ejecutivo por un actuar acusado de desmedido. Lo anterior puede explicar, entre otras causas, la baja de la Derecha en la elección de 1941 a un 31.2 % de los sufragios (54 diputados) en contraste al alza electoral del Frente Popular a un 62.6% de las preferencias: los números hablan por sí solos, la derecha perdió de una elección a otra 16 diputados y el Frente ganó 14 diputados, variaciones en el caso de los primeros que se puede leer como un castigo por la responsabilidad del Ejecutivo Alessandrista en la Matanza y, en consecuencia, una fuga de votos hacia el Frente Popular como a los partidos del Centro.
El escenario auspicioso para el Frente Popular llega a su fin en 1945, año en el cual ya comienza a percibirse en el ambiente un descontento creciente por el actuar de los Gobiernos Radicales, a los cuales acusan de llevar a cabo un Estado de Compromiso donde prima una política de cúpulas que no solucionan las necesidades reales de la gente. La Derecha sube a un 43. 7 % de apoyo y el Frente Popular tiene una baja de 14.2 % puntos porcentuales. Un electorado volátil que pone en cuestión el proyecto radical.
b. Terremoto Ibáñez: La década de 1950 resalta por el cambio del paradigma socio- político: se pasó desde un Estado de Compromiso, característico del Frente Popular, a un sistema de partidos competitivos donde se generó una política de clases debido a la incorporación de nuevos actores sociales. Este es el contexto en el cual emerge la figura de Carlos Ibáñez del Campo, quien mediante una fuerte campaña anti-partidista triunfa en la elección presidencial de 1952, marcando el símbolo de la transformación política nacional y lo cual repercutió en los resultados electorales.
Los Radicales por un lado ya no son el centro del sistema político y eso se ve reflejado en el porcentaje de voto de las elecciones parlamentarias de 1949 y 1953 (21.7% y 13.3%, respectivamente), por el otro hay un crecimiento del denominado “Grupo Ibañista” (Demócrata del Pueblo, Democrático de Chile y Radical ) que pasan de un 8.7 % en 1949 a un 27.6 % en 1953.Un porcentaje que baja 10.2 puntos porcentuales en 1957 (obtiene 145.182 votos), mientras la derecha en ese año logra un 29.2%.Una baja y un alaza entendible a partir de las dificultades experimentadas por el Gobierno de Ibáñez ante la alza masiva del costo de la vida, esto dado al fin del proceso de “Industrialización Fácil” .
c. Polarización: Ésta tercera época involucra un marco temporal cuyo inicio es en el año 1958 y concluye con el Golpe Militar de 1973, pudiendo observarse, al igual que en los casos anteriores, electores cambiantes y el cual responde a un contexto determinado.
En la elección Presidencial de 1958, la derecha logró llegar al poder, gracias al triunfo de Jorge Alessandri Rodríguez con el 31, 56 por cierto de las preferencias, llevando a cabo el plan de modernización capitalista, el cual apuntaba a una liberalización de la economía y un predominio de la iniciativa privada en la economía . El año 1958 tenía una inflación de un 20 por ciento y una tasa de desempleo cercana al 10 por ciento; números que hablan por si solos y los cuales fueron revertidos a través de un proceso de reactivación: se intensificó la capitalización tanto pública como privada, además se generó una expansión importante en la inversión pública con la construcción de obras públicas.
Las medidas aplicadas dieron excelentes resultados durante el primer año de Alessandri, situación que derivó en un aumento del apoyo electoral a los partidos Conservador, Liberal y Radical. Por ejemplo, el segundo tuvo un alza, si lo comparamos con el resultado de la elección de 1957, de un 15.4 % a un 16.1 % y si sumamos la totalidad de los votos de 1961 de todos los partidos de derecha se llega a la cifra de 420.745 preferencias versus los 253.964 votos de 1957. Cifras que tendrán una baja importante para 1965, esto por el fracaso del plan de modernización capitalista que dejo a la derecha sin un discurso propositivo en momentos en que la sociedad chilena exigía cambios drásticos a las estructuras sociales.
Es importante señalar que la década de los 60 es considerada, desde un punto de vista político, como la Era Demócrata-cristiana, pues este conglomerado, fundado en el año 1957, mediante un intenso proceso de movilización social logró posicionarse en el centro del espectro político teniendo excelentes resultados electorales: de un 15.4 % en 1961 pasaron a un 42.3 % en 1965, un alza que llegó a su fin en 1969 cuando obtuvieron 29.8%: baja que se podría explicar a partir del descontento de los movimientos sindicales y obreros hacía un gobierno que, a su juicio, no respondió todas las expectativas generadas en torno a el. Comunistas y Socialistas, por su parte, experimentan un alza hacia fines de la década de los 60 cuando la posibilidad de una revolución socialista se veía cada vez más posible por la candidatura de Salvador Allende.
En definitiva, lo que hemos querido desarrollar a lo largo de estos párrafos es la idea de un electorado volátil y cambiante durante el período analizado, el elige su opción de acuerdo al contexto determinado del año del proceso electoral. Esa es una de las razones de la gran variación en los porcentajes de votos de los partidos, además de una sociedad cambiante que le imprime a la política nuevos aires.
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