martes, 12 de julio de 2011

Bullying: Niñez y juventud indefensa



*“Cómo ganar más para comprar más” o “cómo me las arreglo para pagar tantas cuentas”. Estamos integrados al desastroso viaje hacia lo peor de la comunidad mundial. ¿Tiene que ser obligadamente así? Por Horacio Flores.

 Lo llaman bullying, empleando innecesariamente una palabra extranjera para lo que realmente es una agresión cobarde del o de los más fuertes al más débil, golpeándolo con puños, pies y armas o síquicamente destacando con exageración defectos, características o conducta social poco grata a los victimarios. Emplean diestramente los recursos electrónicos que brinda Internet. Los victimarios son inteligentes instruidos y desalmados. Por desgracia estas cosas llegan para instalarse y quedarse, ocurrió con la droga en lo transitivo y la obesidad en lo intransitivo.

 Robos, asaltos, asesinatos han estado de antes y sólo han ganado en cantidad y variedad poniéndonos a tono internacional. La agresión cobarde ya se agregó ¿Qué vendrá ahora? ¿Hemos hecho en Chile esfuerzos en serio yendo a las causas? Se sabe de personas que subsisten robando después de haber agotado la búsqueda de posibilidades para mantenerse dentro de la sociedad honesta, no han encontrado trabajo. Preocupados por el difícil día a día sólo nos queda tiempo para hacer un corto comentario reprobatorio y continuamos pensando en lo nuestro que posiblemente se pueda resumir en “Cómo ganar más para comprar más” o “Cómo me las arreglo para pagar tantas cuentas, colegios, movilización y más y más”.


 Estamos integrados al desastroso viaje hacia lo peor de la comunidad mundial. ¿Tiene que ser obligadamente así? ¿Encontré la causa más importante de la agresión cobarde? ¿Habrán conocido los niños y jóvenes abusadores las palabras Amor, Amistad, Respeto, Verdad, la frase obligación mía derecho de otros, en su primera infancia, antes aún en el claustro materno? No, no tuvieron de quien escucharlas, los padres salían al escape a sus obligaciones laborales y a los pocos años los pequeños se empaparon con la violencia de los video juegos y otros ingenios similares proporcionados para que estuvieran tranquilos en casa metiendo por boca substancias agradables al paladar, dudosamente útiles como alimento y perjudiciales en la formación de sanos hábitos alimenticios. Las veredas son un amplísimo comedor y también un apropiado basurero. A tanto mal hábito se agregó el acortar las distancias a caminar masticando.

 ¿Se podrá interesar a los padres en la educación de sus hijos? No hay tiempo, ya es bastante con proporcionarles todo lo material, para eso se esfuerzan. ¡Qué los eduquen en la escuela!, ¿quienes?, los profesores desaprobados en la última prueba rendida? Esos resultados no reflejan incapacidad sino desmoralización, están enseñando materias que fueron útiles cuando nosotros los viejos éramos los alumnos. Y en aquella época lo hacían contando con el respeto de nuestros padres que nos enviaban a la escuela recomendaditos de saludarlos, darles las gracias, contestarles si señor, si señorita. Si, actualmente, están enseñando lo que no es relevante y amenazados de acusarlos a los padres viven, eso es, viven con la sensación de ganarse la vida en una actividad ingrata y desacreditada, anacrónica y nada productiva. Listo, con la exclamación ¡Qué los eduquen en la escuela! para los padres se acabó el tema. Nos tenemos que quedar con la agresión, la droga, la obesidad y no sabemos qué, pero algo más se va a agregar a la lista. Felices niños. Brillante futuro.


 Debo aclarar que me refiero al sector oscuro de la niñez y la juventud. Todos sabemos de los jóvenes que de mil maneras han contribuido con su presencia y esfuerzo a mitigar los daños y sufrimientos del terremoto y desde mucho antes y en distintas formas han manifestado solidaridad con el necesitado.


También sabemos de los niños y jóvenes que de la escuela regresan a sus hogares con la seguridad de que sus padres también se apresuran para estar con ellos. Hemos leído del grupo intermedio que participa en la formadora y útil institución de los boy scout y practican reprobables ritos de iniciación. ¿Y si buscamos ideas para iniciar a los pequeños en el conocimiento de las palabras que desconocen? En un intento de revestir a los niños con una coraza mental contra todos los hábitos dañinos hacer como dictó un papa en la Edad Media:”En cada catedral un profesor de doctrina y uno de gramática” En cada escuela todos los profesores contra los malos hábitos y los padres apoyando la acción de los profesores y éstos se encargarían de vigilar e impedir los abusos de autoridad de sus pares. Yo propongo un punto de partida, original, distinto si usted lo encuentra un disparate irrealizable o le parece que la causa primaria es otra, me reta y propone la suya, lo mismo le puede ocurrir a usted, finalmente debe terminar encontrándose un sistema que eduque a los pequeños instalando sólidamente en su cerebro y su corazón el rechazo a dañarse a si mismo.

Hay palabras que los pequeños no conocieron en su infancia, no son meros vocablos de los que baste saber un significado, Amor, Amistad, Respeto, Verdad, la frase Obligación mía Derecho de otros son conceptos de los cuales nacen los principios fundamentales de la vida civilizada. Se han escrito miles de libros en todos los idiomas de cada una de estas palabras, se escribirán miles más, los temas que derivan son inagotables. Tendríamos que intentar grabar estos conceptos en ellos como a fuego, profundamente, en las inteligencias racional y emocional, en la razón y en el corazón, para que partan desde esta primera etapa de su formación con una verdadera armadura que los acompañe durante toda la vida. Convendría conducirlos a tener una idea más clara de si mismos para llevarlos al autocuidado: “YO ME QUIERO A MI Y PORQUE ME QUIERO ME CUIDO, NO METERÉ DENTRO DE MI CUERPO NADA QUE ME DAÑE” Estos conceptos en variadas letras y músicas. Cantadas en solos, dúos, tríos, coros, rondas, bailes. Tanto o más repetidas que las tentaciones a que se les somete.


Continuar con acciones que los conduzcan a interesarse en si mismos aunque ellas no tengan sentido práctico para nosotros, se trata de llevarlos a tener verdadero interés en si mismos. Podrían ser medir su estatura y decírsela. Su envergadura, su peso y de todo, con el auxilio de las tablas correspondientes, la debida información: estás bien, estás un poquitín pasado no comas tanta -aquí nombres de las comentadas chatarras; te falta un poquito tienes que comer más. Saltar a pies juntos hacia delante. Anotar, informarlo, hacia atrás, igual. Todo con calma, personalizado, que cada uno note que es objeto de una atención exclusiva. Mientras unos están en las mediciones los demás cantan, recitan, bailan, forman corros ampliando la idea central: “YO ME QUIERO A MI, PORQUE ME QUIERO, AMO A MIS PADRES, A MIS HERMANOS, AMO A MIS COMPAÑEROS Y AMO A MIS PROFESORES” Una modernización de los corros: dos tomados de las manos giran a la derecha, cuatro o cinco los rodean girando a la izquierda y así continuar. ¿Faltará personal? Solicitar refuerzo a los Centros de Padres, crear voluntariados. Beneficioso que adultos se empapen con la idea en pos de una evangelización que empiece a desterrar el odio, la maldad y el delito.

 Correspondería a la ciencia pedagógica establecer la frecuencia de las sesiones de canto, recitación y corros. No olvidemos que los propagadores de los males son activos y, para desgracia nuestra, tienen éxito. Las mediciones que no tienen una finalidad práctica sino de inducción al interés y conocimiento de si mismo, podrían ser más alejadas si ellas se realizan haciendo sentir a cada niño que es objeto de una atención personalizada. Es de esperar que pronto estén intercambiando entre ellos cifras que los estimulen a competir.

Si mi proposición es ridícula, irrealizable, estoy dispuesto a hacer el ridículo hasta el final, además de publicar en los diarios ciudadanos, si ellos me aceptan, entregaré información complementaria a los seremis de Salud y de Educación. También creo en los milagros, si se dispusieran hacer una experiencia piloto, pintada para crear la primera letra y música está Mimi Jeldres, no tiene cartulinas universitarias, ella trajo desde la cuna los conocimientos para hacer que los pequeños gocen cantando.


 Los niños preguntarán ¿Por qué en mi casa fuman y beben licor? La sencilla respuesta es que cuando ellos estudiaron estas cosas no se enseñaban, ahora los niños deben instruir a los padres.

Los dejo con un video de bullying

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