jueves, 16 de septiembre de 2010

Las celebraciones en Chile por su Centenario: majestuosidad y miseria


*Con el fin de conmemorar los 100 años de la constitución de la Primera Junta Nacional de Gobierno , se organizaron en 1910 majestuosas fiestas para demostrarle al mundo el progreso y desarrollo de la nación. Un panorama que constrastabacon la precariedad del pueblo chilenoen el ámbito social, que se encargaron de denunciar intelectuales de la época.Es por eso que se puede hablar de majestuosidad y miseria al referirse del Centenario.Por Luis Felipe Caneo.

Un factor común de las celebraciones del Centenario de las naciones americanas era demostrarle al mundo el desarrollo y progreso alcanzado en el país, para lo cual se edificaba grandes obras arquitectónicas e infraestructura pública como también la realización de fiestas para la clase dirigente y las delegaciones extranjeras.Un panorama que contrastaba con la desfavorable realidda social que debía enfrentar los sectores más desposeídos, tópico del cual se encargaron de denunciar a la opinión pública diversos intelectuales.Un escenario como el reseñado es el telón de fondo de las celebraciones por el Centenario de Chile, 100 años de la instauración de la Primera Junta Nacional de Gobierno, oportunidad en la cual el Ejecutivo chileno, siguiendo la tendencia de Argentina y México, decide llevar a cabo un gran festejo nacional.

De acuerdo a lo informado en la época, el Presidente de Chile, Pedro Montt, luego de asistir al Centenario Argentino, con la realización de la Semana de Mayo, quedando gratamente sorprendido por las actividades, dispuso de una partida presupuestaria de 54 millones de pesos (U$ 25.000.000 actuales , aproximadamente) como fondo para organizar el Centenario Patrio.Una fiesta que no tuviera nada que envidiarle a sus vecinos latinoamericanos era el objetivo final; un propósito que se vio afectado por sucesos inesperados: la muerte de dos mandatarios durante su período. Se trata de Montt, quien falleció en Bremen -ciudad a ala cual fue por motivos de salud- de un ataque cardíaco el 16 de agosto de 1910; su sucesor, Elías Fernández, quien ejercía el cargo en forma interina, perece el 6 de Septiembre.Se plantea la posibilidad de cancelar las celebraciones, altrenativa que finalmente se desecha asumiendo el mando de la nación Emiliano Figueroa.

El comienzo de la fiesta

Las fiestas por el Bicentenario dan su puntapié inicial mucho antes del 18 de Septiembre, ya el día 12 de ese mes Santiago luce engalanada, con banderas tricolor en cada una de las esquinas para recibir a las delegaciones extranjeras. Carlos Morlá, en su libro "El año del Centenario.Páginas intímas de mis memorias", relata parte del ambiente en aquella época: "La ciudad ha tomado un aspecto nuevo, extraordinario; realmente diríase que es otra metrópolis...Los delegados extranjeros, en número asombroso, cruzan las calles en sus respectivos carruajes, bien equipados, elegantes y tirados por buenos caballos, guiados por correctos cocheros y premunidos de sus respectivos lacayos, todo ello costeado por el Gobierno. ¡Parece un cuento de hadas¡", comentaba Morlá.

Diversas delegaciones extranjeras arriban a nuestro país, siendo la más numerosa la de Argentina, encabezada por su Presidente José Figueroa Alcorta, la cual recibe las mayores atenciones porque todavía aún se mantiene vivo el recuerdo de la empresa del Ejército Libertador de los Andes. Otros países que asistieron a la cita fueron Brasil, Bolivia, México, Colombia, Panamá, Ecuador, Cuba, Costa Rica entre otros; todos ellos se hospedaron en las casas de la élite de la época, los cuales no sólo les da alojamiento sino también ofrecen banquetes en el honor de los visitantes foráneos.

Entre las actividades que contemplaron las Fiestas Patrias de ese año, destaca el desfile de 10.000 niños frente a la estatua de Ohiggins en la Alameda de Santiago el 15 de Septiembre y ese mismo día en la tarde, en el Club Hipíco, se desarrolla la revista de Gimnasia; al día siguiente, en la tarde, el Palacio de la Moneda ofrece un banquete a los representantes de los países para luego continuar con una fiesta ofrecida por Enrique Concha y Toro y su señora Teresa en su mansión. El 17 de Septiembre, se realiza la Sesión Solemne en la Universidad de Chile, donde intervienen destacas personalidades como el Rector de la Casa de Bello, Manuel Borgoño Barros, posteriormente, en la noche se lanzan fuegos artificiales. El 19 de septiembre se realiza la tradicional Parada Militar en el entonces Parque Cousiño, actual Parque Ohiggins y el 21 de Septiembre se inaugura el Museo de Bellas Artes.

Santiago no es el único lugar donde se llevan a efecto actividades por el Centenario. Es así como en Temuco se celebra por un lapso de 4 días con fiestas populares, que incluyen desde fuegos artificiales hasta un concurso literario; por su parte, Los Angeles, conmemora el Centenario mediante conciertos en las escuelas públicas e incluso en pueblos chicos, como Quepe, cerca de Freire, el mismo día 18 se realiza en la plaza una lectura del Acta de Independencia, se hace una misa, se tiran globos al cielo y por último se organiza diversos juegos populares.

La élite de la época, por su parte, además de las actividades públicas, organiza diversas fiestas en el Club de la Unión y el Club de Santiago. En el primero, su presidente, salvador Sanfuentes, junto a su esposa, organizan una fiesta donde asisten autoridades y representantes extranjeros, una instancia donde se podían ver bellas lámparas, magníficos banquetes y una orquesta que invitaban a los presentes a bailar; por su parte, el segundo ofrece un baile donde se puede ver a señoras y jóvenes mujeres que se destacan por su elegancia y belleza.

También en el Centenario hay espacio para que celebre el "sujeto popular", hay actividades oficiales como inciativas de este mismo grupo social. La tradición dicta que deben vestirse con sus mejores pilchas, una acción que logran hacer gracias a los tenduchos de la Chimba y San Pablo. Al igual que hoy en día, se juntaban en el entonces "Parque Cousiño" en una fiesta popular qu empezaba el 20 de Septiembre y que El Mercurio describía de la siguiente manera: "Bajo los árboles que circundan la elipse se habían instalado innumerables familias que cenaban y bailaban sobre el césped, rodeadso de gran afluencia de curiosos".Entre las actividades que cultivaban a los espectadores populares, se encontraban los fuegos artificiales.

Cuestionamiento a las celebraciones del Centenario

No todos celebraron los 100 años de vida republicano, ya que a juicio de ellos no se había hecho nada en concreto para mejorar la calidad de vida de cientos de chilenos que vivían en pésimas condiciones, además se le criticaba a la oligarquía chilena el manejo de la nación y las medidas tomadas para hacer frente a una crisis económica. Diversos intelectuales alzaron su voz para denunciar que las autoridades no habían resuelto todavía los dilemas sociales que enfrentaba el país, uno de ellos es Luis Emilio Recabarren, quien en una conferencia dictada en Rengo el 3 de Septiembre de 1910 y la cual dio vida al texto "“Ricos y pobres a través de un siglo de vida republicana”.


“Estamos convencidos desde hace tiempo -sostiene- que no tenemos nada que ver con la fecha llamada el aniversario de la Independencia nacional. Creemos necesario decir al pueblo el verdadero significado de esa fecha, que desde nuestro punto de vista, tiene solamente sentido para la burguesía, siendo que son ellos los que se levantaron contra la corona de España y son ellos los que conquistaron esta patria para aprovechar todas las ventajas que les dio la Independencia... Es por esto que no encontramos razones por las cuales la clase popular pudiera sentirse feliz de este día... La fecha gloriosa de la emancipación del pueblo todavía no ha sonado, las clases populares viven aún en la esclavitud, encadenadas al orden económico por el salario y al orden político por el fraude... Un pueblo que vive así, sometido a los caprichos de una sociedad injusta, inmoral y organizada de manera criminal, ¿cómo puede celebrar el 18 de septiembre? Imposible. El pueblo debe abstenerse de participar en esta fiesta, debe negar su participación en las fiestas donde los verdugos y los tiranos celebran la independencia de la clase burguesa que no es ninguna independencia del pueblo, ni como individuo ni como colectividad”, plantea Recabarren poniendo en la palestra el dilema que ha enfrentado el movimiento Independentista Chileno desde sus comienzos: fue una acción de la élite, donde los sectores populares siguieron en condiciones similares a las que habían en la Colonia. El padre del movimiento revolucionario obrero izquierdista, reconoce que durante los 10o años han habido progresos, pero, indica, sus beneficios, han llegado solamente a algunos: “Hay progresos evidentes en el siglo transcurrido, ello no puede negarse. Pero esos progresos corresponden a la acción de toda la colectividad y en mayor proporción, si se quiere, de la clase proletaria, que es el único agente de producción, de creación de las ideas y de los pensamientos. Pero esos progresos ostensibles, son precisamente la causa de la miseria proletaria. El progreso está construido, pues, con cuotas de la miseria. De todos los progresos de que el país se ha beneficiado, al proletariado no le ha correspondido sino contribuir a él, pero para que lo gocen sus adversarios”.

Palabras que si bien fueron dichas hace ya 100 años, reflejan la realidad actual de Chile, la cual se caracteriza por tener una sociedad con grandes desigualdades económicas y un sistema político que asemeja ser democrático y representativo: pero que en la práctica nuestra única participación se reduce al acto del sufragio.Es necesario que en este Bicentenario reflexionemos que país queremos, cuales son nuestras fortalezas y debilidades: es de esperar que nuestros próximos 100 años sean de una nación que ojala un día tenga una sociedad más junta, con un crecimiento más equitativo y cuyas problemáticas sociales se hayan solucionado, como es el caso del conflicto mapuche. Sólo así seremos un país mejor.

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